jueves, 8 de noviembre de 2007

CARTAS A JAZMIN (Josefina)


Jueves, ocho de Noviembre de 2007

Querida Jazmín hace días que quiero escribirte esta carta…

Sí, desde que hace poco más que un mes, yo lancé en la red una llamada de ayuda. Entonces necesitaba que alguien me escuchase y apareciste tú y me diste el nombre de tus blogs; yo, ávida de consuelo, de una palabra amiga, entré y me encontré contigo, con tu mundo, con tus palabras de aliento. Cuando leí tu nombre su aroma me transportó a través del ordenador y pude sentir el aroma de los jazmines, ese aroma tan embriagador que ha marcado momentos inolvidables de mi vida, ese aroma que me hace recordar la sensación de seguridad, confianza, complicidad, amistad, calma…

Y es que cuando pequeña jugaba mucho en el patio de mi abuela. Uno de esos que había antes en las casas antiguas, todo lleno de macetas, unas grandes, otras pequeñas, algunas de barro, pero la mayoría en cacharros y latas viejas. Yo pasaba el verano allí, entre geranios, rosas, yedras, rododendros, claveles y toda clase de plantas verdes que se mezclaban unas con otras llegando a formar una maraña de colores y fragancias que aun hoy, a través de los años, impregnan mis sentidos y me hacen recordar la confianza y la sensación de protección de la niñez, esa sensación de estar a salvo de todo y de todos que solo se tiene cuando eres niña y que, una vez creces y te sumerges en el mundo de los adultos, se pierde para siempre. Cuando esa calma era más intensa era al caer la tarde, cuando el sol comenzaba a retirarse para dar paso a la luna, entonces me gustaba tumbarme en el suelo, disfrutando en la penumbra del aroma de los jazmines que, como cada tarde, se abrían perfumando todo mi universo.

Así que, Jazmín, cuando nos encontramos tú y yo, aunque fuera en la distancia, volvió a mí ese perfume y con él la sensación de paz y serenidad de aquellas tardes de verano. Ese día también tuve la certeza de que había recuperado una pequeña parte de mí misma olvidada, esa parte que siempre me ha acompañado silenciosa en forma de perfume, el aroma de los jazmines.

Estoy segura de que nada ocurre por casualidad, por eso quiero que sepas que tengo la certeza de que siempre, de alguna manera, hemos estado conectadas y ahora, tu fragancia nos ha vuelto a reunir.
Josefina

4 comentarios:

Diana Puig dijo...

Josefina tiene la gran suerte de poder aprovechar los regalos que le da la vida...tienen mucha suerte Jazmin y Josefina de tenerse, un abrazo a las dos.

jdiana dijo...

Gracias por estar ahí, por haber dejado que nos encontraramos, por darme alas......

Un beso

Anónimo dijo...

la vida tiene grandes misterios inexplicables cuando permite que el camino de 2 personas se unan en un instante de tiempo, de su tiempo

Anónimo dijo...

Me ha tocado el corazón este escrito. Josefina me gusta mucho como escribes. Un abrazo