Como os lo cuento…, sabía que ayer falleció un muchacho de 34 años y hoy lo enterraban. Vivo al lado de la iglesia y veo todos los eventos que se realizan. Estaba sentada en mi sofá tranquilamente cuando de repente… oigo el rugir de unas motos, he salido al balcón y he visto una multitud. Muy cerca del coche fúnebre mientras introducían el féretro, dos Harleys Davidson, lloraban de dolor, oía los golpes de gas de sus motores, acompañado a su compañero en la despedida y se me ha partido el corazón. He sentido un escalofrío que ha recorrido todo mi cuerpo y me he unido a su dolor. El rugir de una moto, me recuerda… que yo también soy madre y mi hijo es motero. (ABP)
lunes, 23 de julio de 2007
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8 comentarios:
Me he emocionado tu homenaje,gracias por acordarte de nosotros.
en esta vida siempre ay un final,pero lo mas duro lo viven quien se quedan,mencantas las motos y cada finde semana hago sufrir a quien mas quiero q es mi madre,ultimamenete me planteado empezar ir a los circuitos pq por la calle todo se va delas manos,tanto nosotros como los q no nos ven! gracias por este omenage mama! y siento q mi vida solo conste de ir en moto tanto trabajo como aficion! te quiero mas q a nadie! y siento q lo pases tan mal con estos eventos tan diarios pero somos muchos q nos gustan las motos! y todo tiene un final!GRACIAS! GAS!
Hola Aurora. Con tu comentario en ENTRE EL MAR Y EL CIELO he descubierto que ¡sigue vivo!
En el que cuento cosas es en
https://clinovidal.blogspot.com/
Ahora yo te puedo leer tambien a ti.
Saludos
cielo lino
Hola Aurora:
Me ha emocionado el relato del compañero Motero. Nosotros somos motoristas de toda la vida y nos imaginamos la escena que relatas como si la estuvieramos viviendo. El colectivo motorista tiene la fuerza de los grupos marginados por la sociedad y nos unimos ante la adversidad, así como nos concentramos para las celebraciones.
Desde el ronquido maduro del motor de una Harley Davidson, hasta el aullido agudo y feroz de un motor japonés se pueden transmitir muchas sensaciones, que sólo los moteros sabemos apreciar.
Besos y seguimos leyéndote
Hace dos años un primo hermano de mi marido, motero, murió en la carretera, más o menos de esa edad.
Y sí, la despedida de sus compañeros fue, escalofriante.
Ayer mi hijo tuvo un accidente en el circuito y pico con la cabeza en el suelo a 140kms/h. Afortunadamente, solo hubo pequeñas lesiones. Se que es su pasión, pero es dificil para una madre poder asimilar y comprender deportes de tan alto riego.
Molt be Carinyo. Un escrit amb una gran sensibilitat.
Felicitats
Tienes una gran sensibilidad. Yo era motero, ahora no puedo sentir ese golpe de gas que has descrito tan bien.
saludos
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